martes, 18 de junio de 2019

Lentillas, bolsas sanguíneas, jeringuillas, prótesis… El plástico lo impregna todo en la vida, pero la idea de erradicarlo como opción salomónica para evitar que sigan llegando toneladas al mar es inviable, porque en muchos productos básicos ese material es insustituible, según científicos consultados por Efe. 

Las propiedades del plástico (baja densidad, impermeabilidad, resistencia a la corrosión…) y su rendimiento a bajo coste han favorecido su rápida expansión productiva en los últimos cincuenta años a todo tipo de áreas: desde la sanidad hasta la construcción, protección civil, emergencias y muchas otras.

La lista de artículos que contienen plástico total o parcialmente es interminable: lentes de gafas, audífonos, órganos artificiales, catéteres, máscaras de oxígeno, guantes desechables, pañales, productos de higiene femenina, sistemas de abastecimiento y saneamiento de aguas, cinturones de seguridad, airbag, cascos o chalecos salvavidas, entre otros. 

Hoy en día ciertos productos no podrían existir sin el plástico, según los expertos. Por ejemplo, las palas gigantes de los aerogeneradores -que requieren gran tamaño y resistencia, pero a la vez ligereza-, las tarjetas de memoria sim o de crédito, los CD o los discos de vinilo, explican los expertos. Según PlasticsEurope, la asociación que representa a la mayoría de productores europeos de materia prima plástica, solo en Europa el sector del plástico emplea directamente a más de 1,5 millones de personas, en más de 60.000 empresas (la mayoría pymes), y el volumen de negocio supera los 350.000 millones de euros. 

De acuerdo a los datos, en 2017 la producción de plástico a nivel mundial fue casi 350 millones de toneladas -de las cuales casi 65 millones correspondieron a Europa- aunque los expertos estiman que a lo largo de las dos próximas décadas las cantidades se dupliquen.

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